La
fábrica

Lo que recibimos

San Valero Destilerías|La fábrica

Orujos de uva

El orujo u hollejo es el residuo sólido generado por el prensado de la uva.

La campaña alcoholera se inicia con la recepción de los orujos de uva procedentes de las Bodegas. Tras cuantificar, realizar muestreo y determinar distintos parámetros que nos permiten realizar el control de calidad del orujo, procedemos a su ensilado bajo cubierta.

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Lias de vino

Las lías son los sedimentos líquidos resultantes del proceso de fermentación del vino normalmente acumuladas en el fondo de los depósitos de almacenamiento. Son aportados por las bodegas durante toda la campaña y principalmente son destinadas a la elaboración de alcoholes rectificados o neutros.

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Vino

Otro de los subproductos vinícolas que recibe la alcoholera es el propio vino, empleado para obtener alcoholes rectificados o aguardientes de gran calidad.

Proceso de
fabricación

Recepción de orujos de uva

Almacenamos los orujos en fosos de hormigón subterraneos, con capacidad cada uno de ellos de mas de 1.000 toneladas de orujo. Estos se llenan uno a uno, de forma que se realiza el tratamiento, con una disolución de fosfato amónico, y mezclado de orujo fresco (con azúcar) y fermentado (con etanol) para conseguir los siguientes efectos:

1º.- La siembra de levaduras, que contiene el orujo fermentado, en el orujo fresco azucarado para provocar el desdoblamiento de dichos azúcares en etanol.

2º.- La oxigenación del orujo para el desarrollo de las levaduras y de esta forma evitar la paralización de la fermentación.

3º.- La adición homogénea de nutrientes para el desarrollo de las levaduras y obtención del mayor rendimiento posible en el desdoblamiento.

4º.- Obtener una mezcla lo más homogénea posible que va a determinar el régimen de trabajo de las máquinas.

Una vez completado el depósito, se trata la superficie superior del mismo con Metabisulfito Sódico y se sella con un material plástico y tierra, lo más herméticamente posible para evitar el “picado acético” del etanol, que supondría la pérdida de riqueza alcohólica del orujo.

Desalcoholización de orujos y destilación de flemas

El orujo con la ayuda de un puente-grua, se saca de los silos y se pone en un “Dosificador” que junto con unas cintas transportadoras, todo ello en automático, alimentan el aparato denominado “Desalcoholizador”.

Se trata de 6 tubos cilíndricos horizontales superpuestos, dentro de los cuales trabajan unas roscas sinfín. El orujo se alimenta por la parte superior derecha y va realizando un recorrido descendente y en zig-zag. Por la parte inferior, próxima a la salida del orujo, se insufla vapor de agua en contracorriente. La reacción que se produce es la volatilización y arrastre del etanol embebido en el orujo que se va concentrando progresivamente en su recorrido en contracorriente al orujo, o sea ascendente y en zig-zag.

Los vapores recolectados por la parte superior del aparato, o flemas, procedentes de los orujos, pasan, en fase vapor, al destilador para producir directamente alcohol bruto de 93 % vol.

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Lavado del orujo y disolucion del tartrato en medio acido

El orujo, una vez agotado en alcohol etílico, se trata en la batería de difusión con Acido Nítrico concentrado y en caliente con el fin de disolver, en medio ácido, el Acido Tartárico que posee el orujo en forma de bitartrato potásico.

La instalación consta de 4 depósitos lavadores en forma de ‘bañeras’ situados a distinto nivel, de forma que el orujo se alimenta en la bañera superior en la que se pone en contacto con Nítrico y agua caliente. El orujo realiza un recorrido descendente por todos los depósitos con el fin de agotarlo totalmente en tartárico. Asimismo se produce una recirculación de líquidos de las artesas inferiores, tercera y cuarta, a la primera y segunda de la que extraemos una disolución concentrada en Acido Tartárico de pH comprendido entre 1,9 y 2,2 que se lleva a la línea de cristalización.

Secado del orujo y separación de la granilla de uva

El orujo a la salida de la prensa de la artesa inferior se encuentra agotado en tartárico. Se pasa por una prensa continua horizontal para eliminar líquidos antes de su secado. Dichos líquidos se recirculan al lavador ácido tras haberlo pasado por un decantador donde se elimina materia orgánica en suspensión.

El orujo húmedo se pasa por un secadero aéreo que se alimenta de aire caliente procedente de un horno y que mantiene, de forma automática, la temperatura de salida de humos a 90 º C. El orujo seco se pasa por una zaranda que separa la Granilla del resto del hollejo de la uva. La Granilla de Uva la ensilamos, lista para su expedición, bien con destino a la formulación de piensos para alimentación animal, bien para enviarla a fábricas donde realizan la extracción del aceite contenido en ella, con destino al consumo humano. Aceite muy apreciado en dietética por su contenido en ácidos grasos fundamentales (Linoléico y Linolénico) y su bajo poder calórico.

Línea de cristalización del tartrato cálcico

La disolución obtenida en el ‘Lavador Acido’, tras someterla a decantación, con pH entre 1,9 y 2,2, pH al que tendremos todo el bitartrato potásico en forma de ácido tartárico libre y por tanto soluble, se lleva a una batería de 6 depósitos de precipitación donde se le adiciona Carbonato Cálcico, en forma de lechada, y mediante agitación, cristaliza el Tartrato Cálcico. El pH de precipitación se encuentra entre 5 y 5,5. En la batería de hidrociclones se efectúa la separación sólido-líquido.

Los cristales de tartrato se centrifugan y secan en un horno continuo. El producto está listo para su expedición y secan en un horno continuo. El producto está listo para su expedición y venta a fábricas en que obtienen Acido Tartárico, con un 99,9 % de riqueza, y comercializan, entre otras, para distintas aplicaciones: Industria farmaceútica, alimenticia, textil, vinícola, construcción,química, informática, entre otras.

Línea de destilación-rectificación de lías y vino

Las lías, sedimentos generados en la fermentación de los mostos, así como los vinos, tras los preceptivos controles de calidad, se reciben en los 14 lagares subterráneos de que dispone la fábrica. Mediante bomba se alimentan los dos aparatos compuestos por 4 columnas de destilación. La materia prima se inyecta en la 1ª columna llamada ‘destrozadora’ que tiene como misión la concentración del etanol y el agotamiento en el mismo producto de la materia prima.

El principio físico de la separación, mediante destilación, de los componentes de una disolución binaria, se basa en que cuando establecemos un equilibrio entre el líquido y su vapor, la fase vapor se encuentra concentrada en el componente más volátil, mientras que la líquida es más rica en el componente menos volátil.

Las columnas de destilación disponen de una serie de platos con cazoletas con el fin de establecer, mediante borboteo, un equilibrio en cada uno de ellos, de forma que en los platos superiores nos encontramos con mezclas hidroalcohólicas ricas en etanol, mientras que en los inferiores el líquido se encuentra exento de etílico.

De la ‘destrozadora’ evacuamos las lías para pasarlas a la línea de acidificación y cristalización, mientras que las vinazas de vino pasan directamente al evaporador para su concentración. Los alcoholes concentrados y reflujados bien se da por finalizada su depuración, con lo que obtendremos un alcohol bruto de 93 % vol., o bien se pasan a una segunda columna llamada ‘hidroselectora’, donde diluimos con agua caliente y volvemos a destilar. Por la parte superior eliminamos éteres, metanol, acetato de metilo y etilo, es decir, compuestos más volátiles que el etanol, y, por su parte inferior, se pasa el alcohol a la columna llamada ‘rectificadora’ en la que el grado alcohólico se ajusta a 96,5 % vol. De esta pasa a la ‘desmetilizadora’ en la que, por calentamiento, a temperatura comprendida entre el punto de ebullición del metanol y del etanol, se volatiliza y separa el primero para ajustar los niveles de metanol de acuerdo a las exigencias de calidad.